Grabación de Eventos en Zaragoza: La Autenticidad frente a la Era de la Inteligencia Artificial.

En este artículo te advierto que se acercan tiempos extraños, te contaré qué pasa cuando no coges un tren y soltaré una frase de Heráclito para hacerme el culto. ¡Ah! y no te hablaré sobre grabación de eventos, casi hasta el final ;).

Los tiempos que corren.

Se acercan tiempos extraños (pero emocionantes) para el sector audiovisual.

Te dije que te lo advertiría.

Mientras parte del mundo parece seguir anclado en una forma de hacer las cosas casi igual a la de la revolución industrial, hay una parte que ha puesto la marcha rápida y huye hacia adelante en la automatización de procesos.

Un camino que no tiene marcha atrás.

No llevaba intención de poner un símil tan automovilístico, pero me ha salido así.

Dentro de los procesos que se van a automatizar, si o si, está la realización audiovisual.

Desde cámaras con movimiento autónomo a programas de edición automática, que la IA realice en segundos lo que suele llevarle horas a un humano es la tendencia.

Y ahí surgen todo tipo de actitudes.

Hablemos de las actitudes.

Desde la negación a la ira, pasando por la euforia.
Lo que voy a tratar de hacer aquí es comentar, de la forma mas sencilla posible este tipo de actitudes y dónde lleva cada una.

 

Primera opción.

Alguien llega y te comenta que estos procesos de automatización están llegando para quedarse.

Y que cada vez son más avanzados y potentes.

Y que son capaces de hacer lo mismo que tú pero sin agotarse, sin fallar, repetitivamente y hasta el infinito.

Si te comentan esto y lo pones en duda o lo niegas, es porque piensas que si no afrontas las cosas o las ignoras, estas no te afectarán.

Tener la capacidad de convencerse a uno mismo de cosas sin sentido es una cualidad que siempre me ha fascinado y que nunca he tenido.

Pero tengo muy claro a qué lleva.

Si el tren pasa y tú no lo coges, sencillamente se marcha y te quedas en el andén con cara de pánfilo.

Este queda claro.

 

Segunda opción.

Vamos con la ira.

Tiene muchas formas.

Lo normal es que la gente se quede anclada en sus métodos y sus rutinas profesionales.

Tienes una forma de ganar dinero y la aplicas una y otra vez. Siempre igual.

Así que te funciona y no te complicas la vida.

Cuando llega algo que te saca de esa rutina, te saca quieras o no.

Te saca de quicio también.

Te enfada.

Y piensas que alguien debería regular, prohibir o frenar de algún modo eso que está evitando que sigas comportándote como un zombie haciendo día tras día lo mismo como a ti te gusta.

Te gustan las cosas como están ahora y deberían seguir así hasta el fin de los tiempos.

En tu opinión.

Pero desde Heráclito sabemos que no puede cruzarse dos veces el mismo río. Lo único constante en esta vida es el cambio.

El símil que me suele venir a la cabeza cuando pienso en este perfil de gente es el de alguien con las manos levantadas para pararlo, a punto de recibir el impacto de un tsunami.

Esto no se puede detener ni tiene vuelta atrás.

Es lo que hay te guste o no.

Si se regula en tu país y en el país vecino no, le estarás haciendo un favor al lugar donde se permita su desarrollo mientras le cortas los pies a tus paisanos.

Es difícil pensar que a alguien esto le parezca una buena idea, pero por lo visto, así es.

Puedes pensar que cuando llegó la revolución industrial, parte de los artesanos sobrevivieron, pero en nichos muy concretos y en poca cantidad.

Solamente quienes son capaces de hacer algo realmente diferencial podrán seguir creando contenido mediante métodos «tradicionales».

Y serán una minoría.

No puedes competir con una máquina, no se cansa, no se queja y no exige derechos. En la era digital eso es la IA.

Del mismo modo que el mundo se dividió en su momento entre países industrializados y no industrializados, ahora se dividirá en países ricos en IA y pobres en IA.

Y en el futuro habrá empresas que aprendieron a automatizar sus procesos y empresas que desaparecieron.

Por eso ahora toca hablar de otra actitud completamente diferente.

Pero antes os dejo para ilustrar esta actitud una maravillosa imagen hecha por IA con este señor con multitud de dedos.

 

 

Tercera opción.

Abrazar el cambio y adoptarlo con naturalidad. Incluso con alegría.

Como autónomo y «Hombre orquesta» que debe hacer multitud de tareas, las herramientas que nos brinda la IA, hacen mi vida más llevadera.

Me permiten, en ciertos ámbitos, hacer el trabajo que antes correspondería a varias personas.

No digo que sea lo mejor, digo, como a estas alturas debería estar claro, que es lo que toca.

Y si no te adaptas y lo implementas, desapareces. Quizá no hoy ni mañana.

Pasado mañana, casi seguro.

 

¿Pero no ibas a hablar de la Grabación de Eventos (en Zaragoza ;))?

Ahora bien.

¿Qué hay de la grabación de eventos?

Será uno de los últimos bastiones a derribar por este tipo de tecnología.

El auténtico valor de un vídeo grabado en cualquier tipo de evento es precisamente que refleje la realidad de lo que ahí sucede.

La IA está ya creando vídeos con una calidad impresionante, y una precisión que yo mismo pensaba que tardaría aún años en alcanzar.

Pero ya ha llegado.

La pregunta en este caso: ¿es la creación de vídeos por IA una amenaza para la autenticidad y la integridad de los eventos registrados?

La grabación de eventos tradicional sigue siendo insustituible en el mundo contemporáneo, incluso en medio del auge de la creación de vídeos generados por IA.

En primer lugar, la grabación de eventos ofrece una perspectiva auténtica e inmutable de los sucesos.

Los vídeos generados por IA pueden manipular fácilmente la realidad para crear narrativas alternativas, si es eso lo que quieres.

Las grabaciones convencionales presentan una representación fiel de los eventos tal como ocurrieron.

Esa autenticidad para documentar los hechos de manera precisa es lo esencial.

También se encarga de preservar la singularidad y la riqueza emocional de cada momento.

Lo que más apreciamos los humanos.

La conexión humana y la importancia de reflejar la realidad como es en realidad.

Los vídeos generados por IA, aunque sorprendentemente realistas, carecen de la conexión humana que se establece a través de la lente de un cámara (Por el momento).

La habilidad de captar la emoción en tiempo real, la reacción espontánea y los matices que definen un momento son características intrínsecas de la grabación tradicional (por ahora).

La ficción va a aprovecharse muchísimo de esta tecnología, pero una grabación siempre será testimonio tangible y verificable en situaciones legales o históricas.

Una evidencia visual capturada por humanos garantiza una cadena de custodia sin fisuras, mientras que cualquier proceso que involucre a la IA siempre supondrá una duda en su veracidad, por su propia naturaleza manipulable.

Por no hablar de la privacidad y el control sobre la información personal.

Generalmente la creación de vídeos por IA, al depender de grandes cantidades de datos, plantea preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de la información personal.

La grabación de eventos convencional limita estas preocupaciones al ofrecer un control más directo sobre el contenido compartido.

Por el momento, y esto de «por el momento» muy muy recalcado, la creación de vídeos por IA puede proporcionar soluciones creativas y sorprendentes, mientras que la grabación de eventos tradicional sigue siendo insustituible en términos de autenticidad, conexión emocional y validez legal.

En un mundo cada vez más digital, aún hay cabida para la preservación de la integridad y la verdad a través de métodos de grabación convencionales.

Que lo real siga siendo real es esencial para salvaguardar la historia y la autenticidad de nuestra experiencia compartida.

Si tienes un evento real que quieres grabar de manera real, ya sabes, HABLAMOS.